viernes, 31 de agosto de 2012

Grease



¿Qué hago yo haciendo una crítica cinematográfica sobre un musical? Creo que me estoy haciendo mayor y el tiempo no me está perdonando. Pero qué le vamos a hacer, la película me gusta, incluso Travolta me parece un tipo que tiene "algo". Respecto a Newton-John no se puede decir lo mismo, pero hace bien de niña pija tonta, al final es lo que tiene que hacer. 
 
Obviando que la mayoría del reparto roza los 30 años (la protagonista los rebasa...) y que hacen papeles de Instituto, el discurso del conjunto no supone un verdadero dislate. La edad de los protagonistas no importa, porque lo que estamos viendo durante la hora y media larga que dura todo esto es lo que tanto nos gusta al ciudadano medio del mundo occidental: La lucha entre mujeres y hombres. Toda ella es una oda continua y sin tapujos a los roles clásicos. A los hombres le gustan los coches, fardar, hacerse el gallito y alardear de su hombría. Por otra parte están las mujeres, superficiales a su manera, preocupadas del maquillaje, por el qué dirán y por agenciarse un macho fuerte y viril que les reporte felicidad y estabilidad económica. De estos enfoques tan antagónicos surge una historia de amor fruto de las calurosas noches de verano, representándose con abrazos, besos y palabras al oído en una paradisíaca playa al atardecer. Hasta ahí todo va bien, están solos y pueden ser ellos mismos, se quieren, se desean y se prometen amor eterno. Pero llega la tensión, el equívoco, el desencadenante de la trama: coinciden en el mismo instituto. Así que Travolta se hace el tipo duro, pasa de ella y le cuenta a sus amigos que en realidad sólo fue un rollete de verano (todo esto cantando, nada de subordinadas o frases complejas, sólo estribillos pegadizos). Ella por otra parte está muy decepcionada porque aquellos días tuvo la intuición de que estaba ante su príncipe azul. En fin, se suceden canciones de chicas y canciones de chicos: canciones de maquillaje y fiestas de pijama, canciones de chicos y escenas de coches. 


Como era de esperar el amor debe triunfar y por ello aunque hacen saber al mundo que ya no están pillados el uno por el otro, furtivamente intentan encender la llama del amor. En una de esas salidas furtivas Travolta le mete mano a la fémina, ella le deja claro que no es una pelandrusca y Travolta se siente como es obvio desilusionado. Más escenas de chicos y chicas que cantan y bailan. Una escena final donde travolta se juega la vida a 40 kilometros por hora y un final feliz donde todos cantan y bailan en grupo. Lo que no entendí muy bien es la estrategia conclusiva del film: el amor triunfa por fin cuando ella se viste de cuero y come chicle. Gracias a este sencillo pero acertado cambio de atuendo la relación puede salir adelante, ya que ella se ha convertido por fin en una facilona. 

Menuda trama. Alguien se preguntará el porqué de mi benignidad con este profundo y enrebesado film, a lo cual contestaré de una manera fácil y rápida: es una película superficial y lo muestra desacomplejadamente en cada escena. Es la clásica película de chicos VS chicas y no se esconde. El machismo se dignifica en cada fotograma sin tapujos. Es infantil y fácil sin pretensiones de ser mas que eso. En definitiva, una película ideada para ser lo que es: un musical facilón pero con gancho. Y eso me gusta.



No hay comentarios:

Publicar un comentario